Mediodía. Vuelta de la periferia de Roma, cargada con bolsas de papel reciclado. “Ahora sí”, pienso. Después de cruzar la ciudad por el subsuelo y atravesar una de esas grandes superficies. Casi siempre odiosas, siempre abarrotadas.
Llegué a casa cubierta hasta la cabeza por el contenido de esas bolsas ecológicas. Se rompieron a cien metros de mi portal, pero gracias a un hombre que acudió a mi llamada de socorro en forma de indescriptibles gestos pude transportarlas hasta el ascensor. Volvía de Ikea.
Empezó el ritual de colocar cosas, edredón, funda de edredón, cojines y demás artilugios de dudosa utilidad. Como un farolillo con estrellas porta-velas que no pude evitar comprar en ese lugar hecho a medida del más débil consumidor. –“¿Redecora tu vida?”-. Fui al cine a ver a un graciosísimo Jude Law doblado al italiano, ante la complejidad de encontrar un cine en versión original.
El tiempo no mejora, pero no renuncio a disfrutar de los espacios cerrados. Me quedé boquiabierta con las inverosímiles apariciones de “Supermagic 2010”. Un festival de magia. Un cuento que hablaba de sueños y deseos. Un hada... Sonrisas.
Llegué a casa cubierta hasta la cabeza por el contenido de esas bolsas ecológicas. Se rompieron a cien metros de mi portal, pero gracias a un hombre que acudió a mi llamada de socorro en forma de indescriptibles gestos pude transportarlas hasta el ascensor. Volvía de Ikea.
Empezó el ritual de colocar cosas, edredón, funda de edredón, cojines y demás artilugios de dudosa utilidad. Como un farolillo con estrellas porta-velas que no pude evitar comprar en ese lugar hecho a medida del más débil consumidor. –“¿Redecora tu vida?”-. Fui al cine a ver a un graciosísimo Jude Law doblado al italiano, ante la complejidad de encontrar un cine en versión original.
El tiempo no mejora, pero no renuncio a disfrutar de los espacios cerrados. Me quedé boquiabierta con las inverosímiles apariciones de “Supermagic 2010”. Un festival de magia. Un cuento que hablaba de sueños y deseos. Un hada... Sonrisas.
Me llevaron a descubrir el barrio de Testaccio, su vida nocturna. Una improvisada visita al “Oasi della birra” y un concierto en el pequeño teatro “Cometa off”. Allí nos esperaba Pierluigi Colantoni, con un cargamento de instrumentos –precioso violonchelo- y un recital de “Soluzioni co-abitative” descabelladas hasta límites insospechados. Locura máxima. ¡Y todo cobró sentido! No podía parar de reír cuando Pierluigi decía...
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